No es que me esté volviendo loco : no aguanto más verano.
El día se te va buscando en el armario una camisa.
Ojalá llegue pronto el invierno y con la nieve cubra
las ciudades, los hombres, sobre todo, lo verde.
Dormir con ropa puesta y empezar algun libro prestado
por una página cualquiera; mientras tanto, los restos
del año, como un perro que ha abandonado a un ciego,
cruzan la calle por el paso de cebra. La libertad
es cuando no recuerdas el nombre del tirano
y la propia saliva sabe a dulce oriental
y, aunque tengas la mente retorcida como los cuernos de un carnero,
no rezuma una gota de tus ojos azules.
En cuanto a las estrellas, siempre están.
Cuando aparece una, llegan en pos las otras.
No habrá mejor manera de mirar desde arriba
hacia abajo, de noche, que la suya : guiñando.
Mejor están sin ellas los cielos. Y , no obstante,
se conquista mejor el espacio sidéreo
en su presencia. Eso si : sin moverse,
en la tumbona, solo en la terraza.
Como dijo el piloto de una nave,
tapándose la cara con un poco de sombra:
parece que no hay vida en ningún sitio,
ni estrella en que dejar la vista detenida.
1975-1976
Joseph Brodsky
1940 (Leningrado//SanPetesburgo)
1996 (Nueva York )
Premio Nobel de literatura 1987.
Traducción de
Amaya Lacasa y Ramón Buenaventura
Versal Travesías
El día se te va buscando en el armario una camisa.
Ojalá llegue pronto el invierno y con la nieve cubra
las ciudades, los hombres, sobre todo, lo verde.
Dormir con ropa puesta y empezar algun libro prestado
por una página cualquiera; mientras tanto, los restos
del año, como un perro que ha abandonado a un ciego,
cruzan la calle por el paso de cebra. La libertad
es cuando no recuerdas el nombre del tirano
y la propia saliva sabe a dulce oriental
y, aunque tengas la mente retorcida como los cuernos de un carnero,
no rezuma una gota de tus ojos azules.
En cuanto a las estrellas, siempre están.
Cuando aparece una, llegan en pos las otras.
No habrá mejor manera de mirar desde arriba
hacia abajo, de noche, que la suya : guiñando.
Mejor están sin ellas los cielos. Y , no obstante,
se conquista mejor el espacio sidéreo
en su presencia. Eso si : sin moverse,
en la tumbona, solo en la terraza.
Como dijo el piloto de una nave,
tapándose la cara con un poco de sombra:
parece que no hay vida en ningún sitio,
ni estrella en que dejar la vista detenida.
1975-1976
Joseph Brodsky
1940 (Leningrado//SanPetesburgo)
1996 (Nueva York )
Premio Nobel de literatura 1987.
Traducción de
Amaya Lacasa y Ramón Buenaventura
Versal Travesías
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