dimecres, 21 d’agost del 2013

....) una sola frase perfecta ( de John Fante


 ....y como siempre me encontre sólo en el mundo.




       ...) El encargado del hotel filipino se alegró de verme.No me llevé ninguna sorpresa cuando dijo que mi habitación estaba libre. Era la habitación que me tocaba. Me la merecía...., la habitación más pequeña y menos acogedora de Los Ángeles. Subí las escaleras y abrí la puerta de aquel horrible agujero.
         -Ha olvidado algo - dijo el encargado. Estaba al comienzo del pasillo , con mi máquina de escribir en la mano. Me quedé atónito, no porqué estuviera allí, sino porqué la había olvidado por completo. La dejó encima de la mesa y le di las gracias. Cerré la puerta, abrí una maleta y saqué Hambre, de Knut Hamsun. Era otro de mis tesoros y lo llevaba conmigo desde el día que lo robé en la biblioteca de Boulder. Había leído tantas veces la novela que podía recitarla de memoria. Pero ya no tenía importancia. Nada tenía importancia.
             Me estiré en la cama y me quedé dormido. Atardecía cuando me desperté y encendí la luz. Me sentía mejor, ya estaba cansado. Fui a la máquina de escribir y me senté. Mi idea era escribir una frase, una sola frase perfecta. Si podía escribir una buena frase podría escribir dos, y si podría escribir dos  podría escribir tres, y si podría escribir tres, podría escribir etrenamente. Pero ¿Y si no me salía ? ¿Y si había consumido entre las llamas de Biff Newhouse al golpearme la nariz o de Hellen Brownell muerta para siempre? Tenía diecisiete dólares en la cartera. Diecisiete dólares y el miedo a escribir. Me senté muy tieso ante la máquina y me soplé los dedos. Por favor, Dios mío, por favor, Knut Hamsun, no me abandonéis ahora. Me pusé a escribir y escribí :

''La hora ha llegado '', la Morsa dijo,
''de hablar d muchas cosas:
de zapatos, de barcos, de lacre,
de reyes y de rosas...''


         Lo miré y me humedecí los labios. No era mío, pero qué diantre , por algún sitio había que empezar.






John Fante
(1909-1983)



Escritor californiano, hijo de emigrantes italianos, 
de procedencia muy humilde, trabajó como guionista en Hollywood 
y dedicó toda su vida a la literatura, aunque no alcanzó
el pleno reconocimiento de crítica y publico 
hasta después de su muerte